Estrés


  El estrés, en el contexto de la salud, es una reacción del organismo ante unas circunstancias que son percibidas como una amenaza al bienestar de la persona. En ocasiones es una pérdida o un cambio importante lo que desencadena esta reacción. El organismo pone en marcha un sistema de defensa que le permite afrontar las demandas de la nueva situación. Si esta activación defensiva es sostenida en el tiempo sin regresar el organismo a un estado de calma y tranquilidad, entonces se produce un desgaste, una fatiga y un sufrimiento emocional que, antes o después, provocará la aparición de tensión, ansiedad y preocupaciones.

Síntomas


   En el primer nivel llamado “de alarma”, nuestro organismo se activa y podemos sobre-actuar (ataque), bloquearnos (parálisis), o tratar de evitarlo (huida). Si resistimos y tratamos de afrontar las demandas, podremos emplear la energía liberada por el organismo en este estado de alerta que es el primer síntoma de estrés. Si las demandas del entorno persisten y también lo hace nuestro estado de alerta y activación, pasaremos al segundo nivel denominado “de adaptación” donde comenzarán a aparecer los segundos síntomas de estrés como la fatiga, el insomnio y la irritabilidad.

  En el plano emocional aparecerá ansiedad, miedo y preocupaciones crecientes. Si la amenaza persiste y nosotros resistimos, entramos en el tercer nivel, “agotamiento”, en el que el sistema inmunológico se debilita y el organismo enferma. Aquí cada organismo tiene una manifestación singular de este sobre-esfuerzo y esta presión, pero es frecuente la aparición de migrañas, dolores musculares, cansancio, apatía y ansiedad y/o tristeza que pueden desembocar en algún trastorno con facilidad.

Tratamiento

  En las dos primeras fases del síndrome, ante las primeras señales de estrés, podemos actuar haciendo algunas cosas que nos ayudarán a detener o frenar su progreso:

▶▷ Parar y analizar las circunstancias y nuestra percepción de ellas. “Qué está sucediendo? ¿Qué me está preocupando y porqué razones?.

▶▷ Hacer ejercicio a diario, comer saludablemente, descansar, dormir bien.

▶▷ Planificar bien nuestra agenda, establecer prioridades, afrontar los asuntos de uno en uno, evitar interrupciones, decir no, terminar lo empezado.

▶▷ Pedir ayuda y consejo, primero en el entorno estresante y , después, si fuera necesario, a un profesional competente.

  Si nos encontramos en la tercera fase o nivel, debemos buscar ayuda profesional.

  El tratamiento comenzará por conocer las circunstancias y la historia de cómo se originaron los primeros síntomas y su evolución. También es importante conocerte a ti y tus circunstancias vitales en otros campos además del afectado, tus fortalezas y tus debilidades. Con toda esta recogida inicial de información, elaboro una primera hipótesis de lo que está sucediendo, la contrasto contigo y elaboro un Plan de Acciones para comenzar a producir unos Primeros Cambios. Dentro de este plan, definimos unos objetivos conjuntamente.

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